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Full text of "Francisco De Borja Magarinos 1828 Al Publico Imparcial"

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TVq hav cosa mas fácil que censurar conducías ajenos, pero ninguna tan difícil 
**como la de hacerlo con imparcialidad y justicia. Paralo primci o no ‘se necesita sino 
poder hablan y saber escribir: para lo segundo es indispensable estar dolado de mu- 
cho juicio y criterio; usar de la mayor circunspección y política; tener una moral pu- 
ra, v después de tan esenciales requisitos no -carecer de los datos suficientes y de las 
pruebas necesarias para la censura que so pretenda hacer. Iin todo caso será esta siem- 
pre impolítica sino tiene por objeto el bien jcmeral y solamente se reduce ai descrédito 
particular. Ocupar por semejante placer la atención publica, de una persona, por - mas 
<\ menos eminente que parescá, no se hace j enera Inmute sino con muy dañada niten-. 
cion y cuando el calumniante no tiene oíros medios que su voluntad para satisfacerla 
pasión que le domina, el vituperio y la infamia deben ser muy luego las consecuencias 
de su ‘empresa» 

Habia visto en- el Tiempo numero 205 un párrafo de carta, que se decía es- 
crita cil Montevideo con data 9 del corriente, y creí prudente por entonces reducir mi 

contestación a lo que se ve en la copia numero 1> 5 que ofrecí probar siempre que 

el articulista se sujetase á igual fumeba respecto á lo que afirmaba en su articulo. Hoy 

he le itío el numero. 2 10 de aquel periódico, y ya fuera preciso tener helada la sangre 
para continuar tanta moderación y ser indiferente á la renovación de tamaña mordaz 
calumnia. 

Conozco bien que los tiempos en que se conquista la libertad son siempre borrasco- 
sos; que el fanatismo político es tan terrible como el relijioso; que pasa de las co*a-s 
á las personas, y desciende hasta hacer crimen de las intenciones y pensamientos 
mas puros; que es un fuego que devora la imajiuacion; un delirio, si se quiere, que 
convierte en Meras los hombres mas pacíficos; que sus efectos aunque de poca dura- 
ción son rápidos como la llama que los inflama: que el tiempo y ios hechos poco apo- 
co deshacen la seducción y el engaño irritando á los que le sufrieron; pero dqbo a mi- 
honor, debo á mis amigos, a los Ciudadanos que cuando menos prudentes y sensatos 
han suspendido su juicio, debo á la vindicta publica una sencilla esplieaciou de los 
hechos á que se contraen los artículos citados. 

Aunque circunstancias puramente personales hacen difícil mi posición en las que 
hoy se halla el país, y aunque ollas me fuerzan á silenciar algunos pormenores que, 
desagradando á mas de una persona solo traerían compromisos que me preciare siem- 
pre cíe haber procurado evitar, cori todo para no dejar al publico en absoluta obscu- 
ridad acerca del asunto de que se trata rspondie con injenuulad lo que es bastante á 
que coaosca lo que lia pasado, y lo que ha podido dar lugar k las imposturas conque 
se le pretende alucinar. 

Cuando en Agosto de 1S2S pareció lá elección del Si\ Jeneral th José Rondeau 
■como el iriz de paz que debía serenar la borrasca que atrajo sobre este país el mal- 
hadado desacierto del 12 de Octubre de 1827; cuando entonces los juiciosos vecinos 
de la Banda Oriental creyeron que no se presentaba un candidato que llenase mejor 
las intenciones puras de sus habitantes', cuando todos, ó la mayor parte de los Mon- 
tevideanos recidentcs en Buenos . Ay res aplaudían y se decidían á trabajar en su favor, 
yo tome con empeño hacerme cargo de remover inconvenieni.es que se presentaban de 
una v otra parle, persuadido de que, en la confluencia de encontrados intereses, en 
que entonces se hallaba la Provincia, no podría prestarle un servicio mas importan- 
te que el de faborecer las nobles intenciones de los que a toda costa procuraban el 
orden y su tranquilidad. Ninguna mira personal, ninguna otra ambición ocupó mi eo-* 
razón. Trabajé con la mejor buena fé, y mis comunicaciones K los Sres. Giró, Muñoz , 
fereyra é infinitos otros sujetos Son los comprobantes de mis buenas intenciones. Me li- 
sonjeo de que mis reílecciones, el calor con qüe procuré desvanecer los obstáculos (ni- 
ngunos de pura delicadeza) que opuso el Sr. Jencrai contribuyeron en gran parte a de- 
cidirle y dar el consentimiento que le cscijieron por escrito personas respetables, y de 
influjo en la Provincia. No me está bien verter aquí la contestación que di al ma- 
nifestarme el espresado Sr. .Tcnerai ,(sin haberle yo lie ch o indicación alguna anterior) 
que habia obtenido el consentimiento del Sr. Gobernador Buenos Ayres fiara que 
pasase á prestar mis débiles, servicios en el pais en que vi la primera luz. Ofrecí ha- 
cerlo tan luego como se salvasen algunas dificultades que el decoro escijia, / entre- 
tanto indiqué como conveniente la elección del Sr. Giró para Secretario del Gobierno. 




En aquel tiempo recid ia en Buenos Ayres D. Francisco Joaquín Muñoz con qui- 
en des le mis liemos años conservaba la mejor amistad. Satisfecho de ella le hice com • 
p’-'ta confianza del paso de bondad conque había querido honrrarme el Señor Jene- 
r ib v de la contestación negativa que le había dado al ofrecerme un lugar en el Mi- 
nisterio. si el fuese tí nombrado para encargarse del gobierno, fío fue de mi dictamen, 
por e! ermirario me estimuló á no desairar la proposición; é incistiendo con observa- 
ciones que debí tener por un efecto de su afección a mi persona le signifiqué por 
u úmo/a ie si bien no debía mi delicadeza aceptar un desLino difícil aunque honorí- 
fico iamoyjn quería dejar de contribuir en lo que de mi pendiese, á la felicidad de 
mi p;i ti'ia; que yo podía continuar a serle útil en el lugar que ocupaba en Buenos 
Avies, v que por otra parte a no ser el que se me ofrecía no debía de aspirara nin- 
guno sinóüobado del amor que profesaba al suelo nativo; que el tiempo y el modo 
en que se constituyese reglarla mi conducta ulterior, pero que jamas entraría h ocu- 
par. un cargo de aquella naturaleza sino contando con la opinión y el voto jeneral de 
mis paisanos, y que pues él se empeña-lía en que no debía desechar la propuesta, nia 
gano mejor, que él teína en su mano desvanecer los obstáculos que le oponía; que 
cesumnase entre ios amigos, con reserva pero con arte, lo que podría esperarse a este res- 
] ect r. Sus carias están en mi poder; sus cai tas las havisto el Sr. Jeneral Ronde.au; sus car- 
tas empesaron á desvanecer algunos recelos que mi imajinacion atisaba por una ausencia 
de i 2 años, precisamente en época en que comensaron a esplaliarse mis ideas, y pu- 
de desenvolverlas del fárrago en que las habían sepultado una educación propria de 
rqucllos dies en que, a la par de la abundancia se sumerjia el entendimiento entre 
lrs de lizas nubes de la ignorancia. Mas tarde el curso de los sucesos hiso que comuni- 
case estos sentimientos á l). Francisco Solano Antuñay a D. M. Basilio Bustamante. Mas tar 
<ic escribí en este sentido, procurando esplorar, y pidiendo que esplorasen la volun- 
tad de mis compatriotas. Mas tarde se hiso preciso el embio de un comisionado, y 
casi todos, Jos mas de esos hombres que hoy figuran en el paiz, me persuadieron que* 
era el único en quien seria bien mirada la elección para ella. Me recisti al principio* 
pero no debí recislirme al llamamiento jeneral de aquellos cuya confianza era á mi co- 
razón tan grata como la satisfacción que me proporcionaba el merecerla al 
Gobierno de quien entonces dependía. Llegué y recivi de mis paisanos, de todos* 
los habitantes de este Pueblo, las pruebas mas inequívocas de contento y 
de prrdiieee o i. Encontré en esta á los Señores Giré y Muñoz, entre otros. Este 
ronuueeiú sus consejos, y aquel fue por mi impuesto franca y jenerosamente de cuan- 
to yo ora sabedor, de cuanto habíamos hablado con este motivo en Buenos Ayres, y 
ue cusios eran mis intenciones v mis deseos. No tnbe porque arrepentirme de seme- 
jamos confianza, y, y marche , de acuerdo con ellos, a remover los obstáculos que po* 
d;au diferir en san José una reunión que reclamaba- con urjencia la salud de la Patria. 
No es del caso una referencia de los sucesos de aquellos dias. Los Representantes que 
aíli se buliaoau , aquellos principalmente con quienes viví fueron testigos bien allega- 
dos que ouservaroii mis pasos, mis pensamientos y hasta mis escritos al mismo Go- 
bierno de Buenos Ayres. Una nueva comisión de este, (que tube la Fortuna de llenar des- 
pues campadamente coala aprehensión del claboratorio en que se construían falsos v> 
jes del Banco Nacional) me hizo regresar a esta Ciudad contra los deseos que m?- 
w.ile.ssriron aquellas mismas personas, que fueron consecuentes en seguir imponiéndome 
de cuanto ai ¡i pasaba y del resultado de la elección . 

Ajilaba la conclucion de mis encargos, cuando habiendo llegado el Sr. Jeneral D. 
José itoudeau y recibido que fue del Gobierno Provisorio del Estado, se me hizo saber 
d su íromure que debia presentarme en Canelones: el Sr. Giré añadió, que lo hiciese 
pronto pues, era mucho lo que había quo trabajar y estaba solo. Partí en efecto r pe- 
ro no partí ni a aceptar el cargo, ni a quedarme alli. Escijia mi comisión, escijia mi 
buena compensación que diese vado á los negocios fiados á mi cuidado, y esta ifiiertiqi- 
ma razón suspendió el decreto de mi nombramiento, en que por repetidas veces in- 
sistió el Sr. Gobernador. _ Cuando llegué estaba nombrado Coronel del cuerpo numero) 
ü tic Cabullería D. Manuel Oribe. El Jeneral Laguna debia. tomar el titulo de Coman-’* 
daníc cu Jefe cíe las tres divisiones de Milisias de los Departamentos que se hallaban 
sobiela (ranura, y el Ministro secretario D. Juan Francisco Giró había comensado a 
Redactar una nota en contestación á la que se tenia recivida el día anterior del Sr. Je- 
neren 1). Fructuoso Envera, haciendo relación de los sucesos acaecidos con el Vis- 
conde de la Laguna , y por la cual se le debia prevenir que á pesar de lo que le ha- - 
b;a ordenado el Gobernador sobstitutoD. Joaquín Suarez, delubiese su venida conser- ’ 
yando la mejor posición e# observación de las fuerzas Brasileras, y acomodando las fa- 



( 3 ) 

millas por los Pueblos de la Costa del Uruguai que creyese mas conveniente entre 
tanto que el Gobierno pasaba todo á la Asamblea, y esta resolvía de un mono termi- 
nan' c ío que debía practicarse sobre los puntos á que se contraía su comunicación. 
Conferenciando después con el AY. Gobernador y el Ministra Secretario de Gobierno so- 
bre estos acuerdos, apunte dos indicaciones: primera, que se hiciese conocer al Je- 
neral La una que su nombramiento no le daba ninguna injerencia sobre los movimien- 
tos v ia fuerza que tenia el Jeneral Rivera, con quien c-1 Gobierno debía entenderse di- 
reciamente: segunda, que se añadiese en la comunicación a este que la deiéi niinacion 
del Gobierno se fundaba precisamente en el grado de desconfianza que, sonie mi- 
ras del Jefe de las fuerzas Brasileras, hacia aparecer en su nota oficial, desconfianza que 
ponía a la autoridad en el caso de creer mas necesaria por entonces su persona en el 
punto que consultase mas ventajoso á precaver cualesquier desorden en la divicion, la- 
millas v ganados que conducta. Añadí que siempre seria necesaria una entrevista eon- 
este JeYe, y conclüi con manifestar la utilidad de propender a la buena íutel i- encía y 
armonía entre él, el Jeneral Lavalleja y Coronel D.- Manuel Oribe. De aqui se paso a 
considerar la urjencia de nombrar un Ministro de guerra que reclama oán las necesi- 
dades de este Departamento. El Su. Gobernador había consultado antes de nn Legada 
con D. Juan Francisco Giró el nombramiento del Coronel D, Nicolás \edia; pensami- 
ento que aquel no había desechado, y de que también. Labia siuo instruCo el Pi esiden- 
te de ia Asamblea D. Silvestre Blanco y pensamiento sobre que, habiéndose solisitado 
mi dictamen, presisamenledesemboivia al Sr. Gobernador cuando llegó el Sr. Giró el 
cual impuesto de que yo había manifestado los recelos de que la opinicn publica no 
se conformaba, añadió, asi se oye jeneralmeníe, pero no Labia quenco ehocai 
de frente con una atribución peculiar al Sr. Gobernador. Al instante este le contes 
tó no alcanzo las razones en que se funda esa oposición, pero pues no tengo nnigun- 
compromiso de ninguna especie, con este ni con otro alguno , pues lo que oe.^eo es 
marchar de conformidad con la opinión publica, piensen vstedes a quien deba ciejirse, 

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LI di a i 11 \sKJll vi t. ^ — — 1 1 • i 1 i • ° 

Me indicó que tal vez, por los motivos que espuso, podría convenir el^nomoi amiento en 
I). Ignacio Oribe. Yo me propuse meditar esla idea, y aun la apunte esa taroe, en la 
misma casa de Giró, ai hermano de aquel, Coronel D. Manuel, quien, postcrioi mente 
supe por D. Silvestre Blanco, que no la concideraba buena y hasta se proponía escri- 
bir á su hermano para que, si llegaba el caso, no aceptase. 

No debo pasar un suceso de este dia. Entre las diversas cosas que se mencionaron 
hice la advertencia de ser indispensable que el Sr. Gobernador proclamase a los habi- 
tantes, al Ejercito v milicia del Estado, mucho mas cuando a la ultima, tenia entendí 
do que ni las gracias se le habían mandado dar al ordenar a sus individuos fctnai- 
se a sus casas. Estimo la indicación, dijo el Sr. Gobernador, aunque ya había pievisto 
esto, v tengo aqui un borrador que podran ustedes revisar y arreglar. Lo tomo y ley o 
el Sr. Giro, v después de leído espuso: las ideas que están desembuchas en el son muy, 
buenas, pero yo las creo mas propias para un Mensaje a la Asamblea. Me lo dio pa- 
ra imponerme, y quedamos en que yo eslenderia en el acto dos proclamas, que hice 
•allí mismo y que después de leídas y aprobadas entregue al Sr. Giro diciéndose; pues eLas 
son formadas de priesa v solo para hacer conocer la idea, en que han convenido \sle- 
des, em mi en délas, y corrijalas á su gusto encargándose ele hacerlas imprimir..... Hasta hoy 

ignoro cual es la causa de haberse dejado este claro a una cosa que reclamaba la piac- 
tica v el mismo decoro de la primera autoridad del pais. 

Al dia siguiente llegué á la casa de Gobierno cuando el Sr. Gobernador estaba 

. • . « i i • . _ .di. ^ r\m _ 


Ai tua Siguí eme llegue a ia casa ue uyuitruu . 

instruyendo al Ministro de varias ideas que había puesto por escrito , reducidas, pu- 
niera , a crear un estado rnavor pasivo é interino ,por cuyo conducto se dinjiesen Jos 
oíiciaíes y Jefes sueltos que quedaban en el Estado, los cuales solo cobrasen me- 
dia paga desde primero de Enero hasta ser empleados en servicio activo: segunda, la 
disolución del Batállon de nueva creación que mandaba el Coronel Duaile, y su in- 
corporación al I\ej i miento numero tres de Infantería: tercera , declarar provisorios to- 
dos los empleos hasta tanto que, conocidas las aptitudes de los que los tenían pudie- 
se el Gobierno permanente proceder con arreglo á lo que se determinase en la Consti- 
tución del Estado: cuarta, que siendo presiso completar el Rejimiento numero nueve 
de caballería, tomase este el titulo de Usares del Estado de Montevideo, y se^ ofi eciese 
un enganche voluntario de ocho pesos en metálico para comensar á regularisar ia dis- 
ciplina ipiliiar* :.El Sr. Giró espumo, que jao v?fa la cpnveftienela de declarar provisor^ 



os los empleos porqne esto parecía que no daba consistencia á la Administración, v que 
el enganche de tropas lo tenia por innecesario, puesto que trayendo el Joneral Rive- 
ra mil y quinientos hombres pertenecientes ai Estado, y de tropa disciplinada, era 


mejor con esta jente completar el Rcjimiento numero nueve. Se hicieron algunas obser- 
vaciones jenerales acerca de ambos proyectos, y convinimos cu que para el enganche de 
los ocho pesos en metálico era indispensable la .sanción de la Asamblea, adonde se 
discutiría la necesidad ó inutilidad de tal automación . 


En seguida incistió el Sr. Gobernador en el nombramiento de -Ministro. Secretario 
de Guerra, EL Sr. Giró es pus o que no -se decidía por D. Ignacio Oribe, y entóneosles 
dije; el Coronel Garzón ocupa hoy un lugar preferente a la consideración publica; 
no lo conosco, ni lo he tratado, pero oigo hablar bien de el, y, si es laei-l reemplazarlo 
en el mando del Rejimiento numero tres, no se si seria acertada su elección. En efec- 
to, replico el Sr. Giró, ninguno* mas a -proposito Se ti.alo en . seguida c[e cosas .sin 
relacionad caso a que me contraigo.: El Sr. Gobernador se pascaba, conmigo' en la 
Sala, y el Sr. Giró comensó a ocuparse del despacho. A poco rato me dirijiú el úl- 
timo la palabra diciendo. Ud. amigo esta con mucho descanso y yo me ahogo con el 
trabajo (mostrando infinidad de espedientes) ¿Quiere Ud que le ayude en algo? íhe mi 
contestación- Me liara Ud. mucho fabor replicó: Pues bien, si 1(1. gusta, pondré en 
forma de decretos los pensamientos que ha leído el Sr Gobernador, que Ud. podra 
después arreglar con él. Tómelos Ud. dijo Giró (alargándomelos el mismo)» - Yo voi a 
salir, escriba Ud. en mi bufete loé la conclueion del Sr. Gobernador v salió- en efec- 


to con su Edecán acaballo. Me puse a arreglar aquellos pensamientos io mejor que 
me fue posible, (en mi poder escisión de puño y letra del Si\ Gobernador*, seguida 
mente ilehando fos borradores, (que ya había formado de este molo) á ia Secretaria, 
los entregué para copiar a los oliciales de ella. Pregunté si luida libros de acuerdos y 
decretos, con el animo de prevenir no se sentase todavía en eilos, y sabido que, aun- 
que lo liabia cu el Departamento de Gobierno solamente, no estaba en practica llebi.r 
los decretos en él a la firma, dije solo: pónganlos Uds. en limpio y lidíenlos a la me- 
sa del Ministro. Volví al despacho del Sr. Gobernador y me ocurrió entonces (pie con 
la conclucion de la guerra, y estado en que se colocaba el pais, eran innecesarias, 
la Comandancia jeueral de armas, que tenia D. Manuel Oribe con un carácter perte- 
neciente a la República A r j entina,- * yó las Comandancias dependiente.;, en . los 

Departamentos. Me decidí a formar toüii "minuta de un decreto de supresión, y su- 


jeción de la Milicia, (para el orden y policía) a los consejos de Administración, hasta 
tanto que se reglaba la que debería colocarse, ó crearse en lugar de estos para el celo 
y/quieliul de la Campaña. Cuando la liabia estendijo vi que salía de. acordar con el 
31¡i lis-tro el Jefe de la Secretaria de guerra D. Joaquín Rebillo, a quien llame para con- 
sultarle algunas dudas que me ocurrieron; Aus contestaciones hieron, a mi juicio, de 
consideración , y habiendo concluido él provecto acordado para la Asamblea á luí de 
recabar su autorisacion para el enganché, so lo di suplicándole le hiciese poner en lim- 
pio, y le añadí, que pues el decreto para supreciou de las Comandancias, 
(que estaba en seguida) necesitaba meditarse, suspendiese su esleneion hasta 
que volviese el Sr. Gobernador y pudiésemos consultar con él y el Sr. Ministro. 
Vino aquel, recojió el segundo las copias en limpio, hablamos sobré ellas, las guardó so- 
bre su mesa para considerarlas después mas despacio, y al otro (lia 1*<> de Dici- 
embre del año que concluyó por la mañana, a las seis de ella sah de Canelones para 
Montevideo sin haber tenido otra injerencia que la relacionado, ni sabido otra cosa de 
tales decretos que lo que llcho referido y no es capaz ninguno de desmentir sin que 

caiga sobre él el anatema dé falso y calumniante Vo soy yo, no ciertamente el que 

debe hacer presente lo que acaeció en. níi ausencia y en los (Lias en que el Sr. Giró, 
sin duda por festivos ó por hallarse-' eñfét tiVéy no; asistió aU despacho del Sr. Go berna- 
dor. Digo con la mayor pureza, con’ la verdad mas ajustada cuanto ha sido objeto de 
mi intervención, de aquello a qué contrihuv y sobre 1o que ningún temor me aciste 
para desafiar a cualesquiera á que pruebe lo contrario. 

A los siete u ocho dias di conclucion a los encargos de-mi comisión, hice renun- 
cia del empleo que tenia en Buenos Avres, fundándola en que trataba de servir á uu 
paiz, y en- efecto me preparé a salir para Canelones, como lo efectué el clia dos del cor- 
riente. Apenas llegué me impuse deque tergiversando mis ideas se daba paludo a la am- 
bición de algunos, y se declaraban contra mi elección otros que sin duda creían te- 
ner poco que esperar de ella atentos los pensamientos de economía y reforma qne des- 
plegué en mas de una ocacion.de un modo terminante Fui impuesto de cuanto sella- 
ría correr, -y de cüanto se empeñaban- en circular -especies falsas, -El Sr. Giró, á quien vi- 



( 5 ) 


cité por crucrmo 
Cónsules 


v porque tenia que •' entregarle dos oficios- que me confiaron, los v -- 
ncia y ilamburgo , haciendo una confesión que dijo ser nsuv 
délas causas jenerales que iniluyer ou en su renuncia * y dispuesto ai paiocer a vo:v. 
al Ministerio, quedándose con aquellos oficios, procuró pcrsiKuih me, qnc* a c unííos > 
asnearon a él había hecho lo bastante- para desvanecer las especies cqnivo*. a as o .« * 
se levantaron en aquellos dias acerca de los tales decretos; n»c espiieó cíe un mojo é¡; : - 
ro lo que él creía quedaba niarjéu á aquella buibjy y en honor de la verdad, nenia 
hasta allí era degrádame, ni nada capaz de soni;i;üpir me a la vista de mis concmdada- 



Yo sabia nmi bien que la opinión publica de un. país no la forman una docena, de 
personas; yo sabia que si una mala inielijxHicia pudo alarmar* á oirás, 'toda la sospe- 
cha desavai eccria a la menor indicación que hiciese refiriendo y probando ios hechos 


que. mciese muuemio y pn 
como ftieioíi en si. Sabia que me -sobraban medios para hacer acallar' 'la . priieria de 
unos cuai.’ os, y sabia per -lili lo que puede sujerir la 'intriga a) que -solo anhela figu- 
rar sin reparar en los medios: pero el camino era eierUimeiíte escalo ozo; el enn-o <íd:- 
cil v penoso: no era fácil acertar en el laverinto aque iba a entrar por solo rumo* al puta' Encon- 
tré una ocaciou de manifestará esos mismos amibos T-cpnciududaiios ¡qui. 1 , si sabia' oíiecer 

sabia también cumplir supliqué al Sr Gobernador no contase conmigo parad Ministerio. 

¡Ningún compromiso de otra especie había de por medio; ni mus que su palabra, su 
libre espontanea elección lo habían- decidido, a fiar a mis escasas luces.,. .jaquel misino 
destino que era el objeto y término, de los anhelosos empeños de algunos otros, te- 
di gustoso el campo, lo cedí satisfecho de mi mismo, y desde entonces hasta ahora", 

- separado enteramente ele los hegocios públicos y resuelto ¿' nó . mesclarme en lo inte- 
rior de ellos, tengo cada dia nuevos. motivos, para no anepentirme de haheilo hecho. 

lis cuanto creo deber decir, y be dicho La 1 vez-mas de lo que debía,. y mas de lo que 'pense / 
■Cuantío nie- puse á escribir» Es verdad que -quedan aun -pormenores que, si bien son uY lanió-í 
ínteres como lo relacionado, no son aquí necesario para llenar el objeto ti que me he con-f 
traído. Como él, por otra parte, no; lia sido satisfacer a los Editores del Tiempo ^ ’ ful 
tampoco al autor, ó á los autores de las carias sitadas por aquellos, ni contestó á.jasf 
notas de los primeros, ni debo hacerlo a otras mi! zandeces como la de que me pYtí-i 
ponía hacer causa común con los Dorreguisttis, Lavallejistas, Imperiales, ecl, que iba 
escribir ifn periódico cou los de la Atalaya ect. ect. Estas son cosas qué solo prteüeh 
contestarse con el mas alto desprecio. Cuando me propuse servir al pais'fué dé ctin f- 
Zon y por tm intimo convencimiento de los compromiso* que coa el iba a contraer. 
Había desenlio , es cierto, había qneyido propender con todas mis fuerzas. a acallar en 
él h?s partidos, á* reunir á sos habitantes en un centro commi de unión "que prepa- 
rase la tranquilidad, el sociego feliz de los desastres a que bahía estado entregado^ por 
tuntas veces, pero jamas, en ningún tiempo de mi vida pública he vendido mis opi- 
niones, ni- las he sujetado al capricho del que manda, ni he sido instrumento ciego de 
los desaciertos que haya podido cometer. Jamás el Sr. Doruego, jamás el Gobernador de 
Buenos Ayres, encargado de los negocios jenerales, me descubrió su* pensamientos, i 
fa los tenia, acerca de planes futuros sobré el Estado independiente (le Montevideo. | 
He ¿ido y seré un hombre consecuente á las consideraciones y aprecio que le mere- | 
ci, pero nunca, nunca traicionaré, como no he traicionado, mis principios y ni!s sen- | 
limienlos, y pues yace en la tumba respetemos su memoria siquiera po.i\ haberlo he- l 
cho bijar á ella prematura y desgraciadamente, siquiera por el afanoso empeño 'conque supo 
'sobreponerse á los consejos de los que querían -.-la paz ele cualesquiera forma y eir'per- 
j tucio d:* este Estado á quien tanto bietfuíe : prtfeuró ;con-; , ella. . 

Acerca del Jenera l Uivallejh, y lo que se^dice de su partido, que háble éste, que 
hable cuanto he escrito desde el clia 17 de Septiembre de 1827, que hablen las comu- 
nicaciones al Gobierno de Buenos Ayres, mis cartas al Jeneral Paz, y lo que publica- 
mente he manifestado cuando T ha : dlegad<> La, v ocacion sin andar en embozos 
T1 ‘ en misterios. Frente á frente * he atacado sus medidas cuando las he 
considerado perjudiciales . No sói eaemiga de su persona; le serviré con la mía 
cuanto pueda, pero no sé tampoco degradarla ni. con él ni con ningu- 
al vez se juzgaría asi si yo dijese 'algo, aquí que. pareciese una justificación para 
Je.neiul Púvera, aquien, por esto mismo, ni felicitar ni escribir he querido, ,co- 

y. apoyaban en 7 otro 


en 
no. Tal 
con el 

K1C; ¡O 
Vá¿L‘ 


ffm.-io.; lian hecho algunos, si % algunos de los muchos que .elullabau 
áempo Jas luedidas da . descrédito y. pro*irípclotr<&nira él.hMéngdtiría'* mi'-caniclér si 



fuese capaz de liacer alguna cosa que pudiese atribuirse a adulación ó a -bajeza. 

Observaré tan solo dos inconsecuencias, ó sise quiere equivocaciones! .primera,, sé 
dice q »e no supe ni quise respetar !a opinión cío los Representantes, y lt>:> propios que 
lo dicen suponen que son estos mismos Representantes los que causaron Sa ¿har- 
ina junerr.l que me obligó a renunciar el Ministerio aun antes de 'estar esleridido "mi 
nombramiento: segunda, se asegura que los MimslroS Fueron a liepocitar el suyo, y ha- 
cer renuncia si yo entraba en el Ministerio, y es preciso no perder de vista que Iá 
renuncia del Sr.'^Gho Fue hecha el 28 de Diciembre de 18*28. y ia del fer. Garzón el 2 
del corriente: Ambas piezas juegan a continuación bajólos u ¿uncios 2 y 3 y por final 
se verá la nota que pasó el Sr, Gobernador a la Honorable Asamblea .leñera! Consti- 
tuyeme y Legislativa, asi como la*.contc5tac¡GU de esta, números í v 5. 

Por ultimo, se me arguye de que estube inundando con empleos i mis amigos. 
Después de lo que voi á referir levante. el dedo uno a quien se lo baya ofrecido. El 
día aillos de mi salida de Canelones, la penúltima voz, á consecuencia de conversación 
tenida con el Señor Gobernador, visite k D. Chrisíobal Echevarriarza a quien dije, tal 
vez me reciba del Ministerio de Hacienda dentro de irnos dias, ni este cas*', deseoso 
de* procurar quien llene con celo los empleos de rentas, y no siendo regular separar 
de la Administración de Aduana al que obtiene la Colecturía, quisiera saber si á Ud. 
le acomodaría la comandancia del Resguardo. Me contestó que su carácter y sus incli- 
naciones lo separaban de cargos de esta naturaleza, pero que a lo que se sen lia in- 
clinado, y creia poder desempeñar era la Capitanía del- Puerto. 31 i contestación fue ca- 
tegórica: Eso no es cosa que corresponde al Departamento de Hacienda , y pues no es 
propio que yo, si me recibo de el, me mésele en atribuciones de otro, lo que , puedo 
hacer es- informar de Ud. favorablemente si necesario incre* y oli e.ci hacer cuanto estu- 
Liese de parte mia. En este mismo sentido me he espresadp con D. Irancisto Autufin, 
con d. Román Acha, con D José Catalá y con algún otro de los pocos que fian querido 
; hacer valer sus relaciones y amistad para conmigo. Eí Sr. Gobernador sabe el interés 
que he tomado por clloá, y, vuelvo a repetir, después de es Lo levante el dedo aquel 
aquien yo haya ofrecido tm empleo; aunque nada de entraño podki- tener, esto. Otros, 
con menos motivo, tal vez han hecho mas. Si esto no bastase puedo toclabia sitar en 
ítpoyo- la contestación, que di ala carta, que bajo el numero 6 .tengo por conveniente pu- . 
blicar en conclucion: no recuerdo sus literales palabras; ella fué-pnesLL eii mui corto ti- ‘ 
empo y cuando ¿ me hallaba cercado de ocupaciones que no daban espera, pero yo pro- 
voco a que se publique, y á que se publique el como me lie manejado en asuntos de 
esta especie. • 

¡Cuantas reflecciones podrían hacerse sobre lo espucsto tan sucintamente! cuantas* 
consecuencias podrían sacarse , y cuantas....! pero me propuse abstenerme de entraren 
este trabajo y no quiero fastidiar mas á un público induljeute; tlemaciado insipid.*» és el 
asunto de que le ha entretenido mi fosca pluma, como que no hace* sino á mi perso- 
na y en nada há debido afectar a los intereses de! pars. He dicho tan solo lo que, al 
ser provocado, lia' sido mui necesario para sostener ileso el buen nombre 
que quiero conservar. A hada mas anhelo que a mantenerlo puro , . y 
soi tan celozo de él como de saber respetar .la publica . opinión. Su fallo 

satisfará toda mi ambición. Por lo demás aseste sus dardos envenenados la envidia ó 


la adulación, ellos se embotarán' en un pecho que no sabe tener rencor, que no pro- 
mueve venganzas, que desea el orden tanto como el que mas, que se sacrificará por la 
felicidad dé su patria y que está satisfecho *dc la falsedad de los hechos con que se ha 
pretendido mancillar su reputación y lo mas sagrado de su honor, que sabrá defender 


en toda* ocacÍQU y a todo trance. 


En Montevideo á 23 de Enero de 1829. 


Francisco Macacinos. 


(NUMERO i.) 

MONTEVIDEO ENERO 20 DE 1819. 

SS. EE. del . j tiempo* 

.c .Pues la posición de Vds. y su imparcialidad les obligó á insertar e\ párrafo . 



de carta que con data o del corriente desde esta ciudad apareció en el Ñ. ° 20a 
de su 'periódico "fecha i 3 , la misma me ofrece una garantía para creer que Vds 
rejistrarán la única contestación que hoy tengo por conveniente dar al autor ó 
autores de dicho paríalo. 

,, Cuando en el se contiene con referencia á mi persona és enteramente falso. 
,, Si cualesquiera, después de esta aserción, pre ten diere incístir ofreciendo pruebas 
sobre los hechos allí relacionados, se hará un deber en acreditar lo que dice fíJ 

F reine isco Maga riño s . 

(NÚMERQ .»:) 

CANELONES OCTUBRE 28 DE 1828. 

Cuando acepté el cargo de Ministro del Gobierno y Relaciones Exteriores con- 
que quiso Y. E. honrarme, fue solo en el concepto de que no continuaría en él sintí. 
por el tiempo necesario para, que V. E. pudiese fijarse en otra persona que lo 
desempeñase con mejor suceso. Mi carácter, mis inclinaciones y mis intereses rae 
alejan invenciblemente de la vida pública, y si alguna vez he participado de sús 
ajitaciones ha sido arrastrado por el curso irresistible de los sucesos. En los po- 
cos dias corridos desde mi elección me he convencido de esta verdad, y faltaría" 
a mi conciencia y a. lo que debo al País ya V. E. sino le manifestase franca- 
mente que no me siento cea fuerzas para llevar por mas tiempo sobre mis débi- 
les hombros el 'grave peso de los. negocios públicos. Yo sucumbiría irremediable-, 
mente á él sin que el sacrificio que hiciera de mi mismo pudiera ser útil al 
Paiz. Las circunstancias dé este exijen en los que han de componer su adminis- . 
tracion calidades estraordin arias y aptitudes -poco comunes. 

Mi salud por otra parte empieza ya á resentirse de los esfuerzos de mi espí- 
ritu, y no me permite contraennú a otra cosa que a su restablecimiento. . Dígnese 
pues Y. E. nombrar para el punto que yo ocupo otra persona que pueda llenarlo, 
con suceso y ventaja delPais, y admitir la formal renuncia que hago de él por las 
consideraciones que dejo éspuestas. 

Quiera Y. E. aceptar mi mas afectuoso reconocimiento por el honor que mé 
ha dispensado coa mi elección, y con él las protestas de alta consideración y 
aprecio con que lo saluda. 

. Juan Francisco Giró. 

' Exmo. Sor. Gobernador y Capitán Jeneral del Estado D. JOSE RONDEAU* 

(NUMERO 3 .) 

Canelones Enero 2 de 1829. : 

EXMO. SEÑOR. 

Cuando el que firma admito en 27 de Diciembre ultimo el honroso pero 
delicado destino de Ministro interino de la guerra con que V. E. quiso distin- 
guir sus pequeños servicios, fué con el positivo deseo de ayudar al Gobierno con 
la escaces de sus conocimientos en las difíciles tareas en que iba á entrar para 
el arreglo del Estado, mas como el infrascripto ha conocido la indispensable ne- 
cesidad de que ei Gobierno necesita en el ramo que se le ha encargado 
un militar , que. reúna, mas aptitudes é intelije.ncia ea la parte - directiva de 



: • . r (8) 

guerra que las que posee el qué suscsibe; es 
dado un mómcnto en manifestar como lo hace 
pera continuar desempeñando el Ministerio de la 
los pocos dias que ha estado á su cabeza que el 


por' está* razón que no ha trepi- 
á V . E. la dificultad que siente 
guerra, pues se ha penetrado en 
dais y el Gobierno necesitan- de 


linJele que' reúna conocimientos 
los su vos no son los indicados ] 


no culmines. El infrascripto se ha combencido que 
¡ara las circunstancias. Su educación militar no • es 


dn'á'que la adquiiida en algunos años de servicio cu el 'cuartel _v en campaña, doñ- 
' de- solo ha podido aprehender á maheiar un batallón, asi es que está cómbeñcido 
cpie los servicios/- que pueda rendir al nuevo Estado en lo sucesivo serán mas úti- 
les estando a la cabeza del de sumando y conservando su dicij ilina . 

Ademas Exm.;Sor. el trabajo dp bufete y sils detal es ie son desconosidos 
absolutamente. Esta conCecioa la hac.e el que firma con la sinceridad y la injenui- 
dad de su carácter. Después de lo manifestado se dignará ;V'« E. admitir la ¡orinal 
rejp.uncia • que- hace del destino de Ministro interino de la guerra con que V . E. 
ío -honró tan jenerosamente. Este paso se lo lia sujérido al 'que suseiibe la -mas 
tletenida reflecciou en que ha tenido presente los apuros del dais v oí intetes que 
tiene de ver ocupando este puesto al mérito y á los conocimientos, para que el 
Estado y las necesidades públicas reporten las ventajas útiles a -su prosperidad 
y el Gobierno llene su objeto de un modo que sastisfaga el vacio que se propu- 
so llenar cuando tubo la inmensa bondad de nombrar al que ¿subscribe. 

El que firma espera que V. E. no se detendrá un instante en resolver áávo-r- 
rablemcnte sobre el contenido de la presente nota. Con este motivo el que subs- 
cribe saluda al Exm. Sor. Gobernador cou suma -consideración y respeto. 

Eugenio Cancón. 


■[NUMERO 4 .) 

'Canelones 


3 de 1829. 


El único modo de valorar el que suscribe la distinguida consideración conque 
la Honorable Asamblea Constituyente y Lejislativa lo elijió para de.^enqieñar el car- 
go de Gobernador y Capitán Je ñera 1 provisorio del Estado, fue admitirlo en sus 
circunstancias,- y no trepidar en sacrificarle las- comodidades de su vida pircada 
y cuanto tiene de grata la independencia y reputación de que gozaba eir buenos 
Ay res. Ninguna réfleccioti fué bastante á -la -de. prestar un servicio importante á 
un pais á quien lo ligan sentimientos de afección y de agradable recuerdo; pero 
si ninguna de ellas pudo distraerlo en la Ocacioa de recignarsc á toda clase de 
sacrificios, era sin duda porque le acompañaba la alhagueña esperanza de encon- 
trar en la opinión de sits amigos - una base sentada y jenéraliza.d •, que lribia con- 
tribuido al nombramiento que se hizo de su persona, una base segundada por 
la mayoría de los habitantes del.Estado; apoyada' en los hombres de juicio de el y 
que seria sostenida por sus consejos y sus refleciones. Se lisonjea de haber por 
su parte hecha- todo lo que és ‘ imájinabie para corresp.q,ii|.|er. i a .una .conlianza 
que estribaba en aquella persuación A Asi- és que apenas se recibió del Gobierno 
procuro que el nombramiento de Ministros recayese en sujetos de conocimientos 
<y ..cualidades- dignas, del desenpeüo de tales funciones'. Con ellos conferenció; buscó 
.sus aptitudes , y j ¡a redan todos satisfechos, todos deseosos de contribuir • a ht reje- 
jveracion de la Patria. Esto no obstante los adelantos- que -debía espei intentar "en. 
.pocos pero necesarios dias han venido h quedar frustrados por las renuncias de 
.aquellos en quienes el Gobernador que suscribe repite haber dcpocitado toda su 
(Contiauza. Los motivos én que las fundan \el. no sentirse, con fuerzas para 
Mevar por mas tiempo sobre débiles hombros el grave peso de los negoci- 
os públicos. '.-El que 'sü'cumbirinn irremediablemente a. él sin que., el .s ci- 



\ / 

orificio que hicieran de si mismos pudiera ser útil al pais. JLas circuns- 
tancias que escijen en ¡os que han de componer la administración cali- 
dades esiraoráinarias y aptitudes poco comunes. Sel considerarse con jai- 
ta de estas., y el deseo de que otros las llenen mas completamente son la- 
zónos SS. Representamos que podría desde luego alegar el que suscribe sí el de- 
coro del pais, el interés de su buen nombre, y quiza el compromiso que con- 
trajo tan solemnemente no fuesen boy mas poderosas para obligarlo á sostener 
enorjieameníe un puesto eembrado de espinas, que comienza a serle desagrada- 
ble, y ii que coad\ uba la retracción que observa en las personas que mas debian sos- 
tener una • obra á que sus esfuerzos anteriores habían dado un impulso activo. 
En este estado la paralización dei Gobierno es una consecuencia forzosa. Eos 
compren: i.-os gravitan de tal suerte sobre él que cree encontrar obstáculos oara 
llenar aquel vacío. Satisfecho de otras (di cciones ha hallado igualmente una tenaz 
resistencia,- por que, sin querer admitir el cargo, exponen motivos particulares que 
dejan perplejo al Gobierno v sin saber que partido tonar para salvar ios incon- 
venientes del momento. El quisiera una elección que penetrase á la H. Asam- 
blea de sus mas ardientes deseos, al paso mismo que contentase a todos Jos ha- 
bitantes del Estado: Quisiera que la marcha del Ejecutivo correspondiese á sus bue- 
nas intenciones: quisiera que la dulzura, el orden, y la pcrfcc/n unión piecídle- 


al mismo tiempo que para lomar su con- 


trepiesos de encontrarse sin numero para poder asistir á sus necesarias y conti- 
nuas seeiones. 

Necesita también que da H. Asamblea considere cuantas y lújenles son las 
medidas que esta reclamado el pais, sin que sea posible atender ¿ ellas toda 
vez que proa cada objeto especial tenga (pie acudir á su sanción, precisamente 
sobre medidas que, adoptadas por las anteriores leji daturas del país, parece co- 
mo que sirvieren de norma a las resoluciones del Gobierno Provisorio hasta que 
se dé la Ccmistucion del Estado que todo lo arregle y allane. 

El Gobernador y Capitán Jeneral que suscribe no se detiene en otras observa- 
ciones que cree al alcause de los SS. RR. pero espera que la contestación á los 
puntos que abraza esta nota no sera retardada en beneficio de los altos intereses 
a que se contrae, y que al propio tiempo . admitirán las consideraciones del res- 
’ pecinoso afecto con que los saluda. 

JOSE RONDEAU. 

Muy H. A. J.. C. y L. del Estado de Montevideo. 


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(, NUMERO 5,J 

■ Canelones Enero 7 de 1829. 

La Asamblea Jeneval Constituyente y Legislativa se ha ‘penetrado con senti- 
miento de las • dificultades que ha esperiméutado el Exilio. Sr. Gobernador Pro- 
visorio en la organización de los respectivos ministerios, y de la imposibilidad con 
siguiente en que se ha hallado de espedirse pava adoptarlas multiplicadas medi- 
das, que demandan las urentes necesidades del Estado, con todas las circuns- 
tancias contenidas en su nota de 3 del corriente, y después de oir el dictamen de 
la comisión especial nombrada al efecto lia acordado eti sesión de esta fecha, 
se conteste al Exmo. Sr. Gobernador que considerando la conducta tan 
franca como circunspecta , que lia observado en una posición tan delicada, se 
felicita del asierto con que le hizo el objeto de sus mas grandes confianzas y qn« 
i'*- otsoce a-íuvmente .el mérito distinguido de haberlas aceptado, posponiéndolo' 
todo al interés de prestar sus servicios á ua suelo, quq le era ya deudor 



(le su; p--im'*rns gloria;. — Que un ejemplo tan ilustre da derecho al Exmo. Señor 
'Gobernador Provisorio de encontrar en todas las el aces ciudadanos celozoi, que 
le anciüen en el desemneño de sus arduas tareas, y que a la voz de tan digno jefe 
so liarán olios superiores alas inspiraciones de su modestia, no reconociendo 
otro juez do sus aptitudes que el encargado por su alto destino de apreciadas. 
Que cuando el Exmo. Siv Gobernador Provisorio juzgare oportuno destinar alguno 
d algunos de los honorables miembros de la Representación Nacional a ejercer em- 
pleos en que considere necesarios sus talentos, la Asamblea Jeneral se- prestará 
á privarse de sus servicios, delineado ¿ los conceptos prudentes del Exmo. Sr. 
Gobernador. — Ultimamente, que nada debe embarazar la acción del Gobierno 
P;o visorio en la linea de sus atribuciones-, • rijiéndose por las Leyes- y estatutos, 
que observaban antes de la convención preliminar de paz, en los diíerehtes (lepar-* 
iarn-'eulos que ahora componen el Estallo hasta que la Constitución se sancione, 
sin perjuicio de las resoluciones especiales' que dictare la Asamblea Jeneral, se- 
gún lo creyere oportuno bien sea de moiupropio, ó á solicitud del mismo Go- 
bierno en todos los casos, que asi lo escijieren' la gravedad y trasenijencia de las 
10 e sidas, ó la incompatibilidad de las instituciones locales de dichos departa- 
meúíoá; sobre lo que la Asamblea Jeneral, en la imposibilidad de contraherse 
por ahora a dictar reglas mas precizas^ detalladas, descanza en el ilustrado y 
prudente discernimiento del Gobierno. 

ril ivansci il)lr el que firma, al Exmo. Sr. Gobernador Provisorio estas resoluciones 
de la Augusta Jeneral Asamblea Constituyente v Leiislativa del Estado, se hon- 
la en protestarle los sentimientos de su mas distinguida consideración. — Silvestre 
Blanco.' - Presidente. — Carlos de San Vicente Secretario. 


(NUMERO 6.) 

Sor. j O. Francisco Magariüos 

S. José i . ° de Diciembre de iSaS.. 

Mi estimado amigo: después de dos dias de tavardillos hoy se decidió la cues-, 
tion quedando' nombrado Rondeau y sustituto Suarcz, doy áUd. la -enhorabuena 
por el Ínteres que á tomado Ud. en esta elección. 

l o siento sobre manera hacerle á Ud. una recomendación por que soy ene- 
migo y mas siendo personas que me tocan tan de serca. Mi sobrino Miguel Anlo*. 
n’i o desea colocarse y si es posible de vista de la aduana de Montevideo. Yo es-, 
cuss» manifestarle sus aptitudes y sus padecimientos pues que lo aprcia y loco-: 
noce, por consiguiente desearía le hiciese esta indicación al Sor. Pyo -idean. Tam- 
bién tengo el mayor interes por la colocación de mi Aijado Juan Manuel Areta 
segundó ‘oficial de la Aduana que hace poco se caso y necesita un destino mejor 
por atender á sus obligaciones pues que tiene aptitudes de que puede Üd. i’ní or- 
inarse, por consiguiente también se lo recomiendo. Tengo la cabeza como un tam- 
bor y necesito descansar. Páselo Ud. bien y disponga de su aiectisimo amigo 

Q. S.JM. B. 

Pedro Francisco de Berro. 

NOTA. 

Si después de leído este papel, alguno, ó algunos, creyesen necesario 
contestar a él, ó á cualesquiera de los por rrienores que contiene, me hago 
una obligación de dar las esplicacionss que fueren convenientes jpero, co/no 
no debo descender a la arena con armas desiguales declaro, que esto se U 
entiende, siempre que él que, 6 los que asi lo ejecuten rio se guares can de la , 
impunidad del anónima. En este caso solo ocurriré a tribunal competente, 
contra -las injurias , que está resuelto a no sufrir. 

FRANCISCO MAGAM&QS,. 

Montevideo Imprenta de Arzac.